Huevos

viernes, 26 de junio de 2009

La Gallina de los huevos azules.



Para todo coronelino y habitante al sur del Bío Bío ver o consumir un huevo de cáscara azul no es una novedad. Pero, lo que no sabemos es que los huevos azules son una verdadera rareza. Son producidos exclusivamente en una región amplia de la Araucanía, y puestos por las gallinas araucanas o aquellas que portan el gen encargado de colorear la cáscara del huevo.Hay algo misterioso en este cuento de las gallinas. Para los españoles fue motivo de profunda extrañeza encontrar entre los nativos de América a estas aves de corral. Más aún, que estas aves pusieran huevos de color azul, y más aún que estuvieran dotadas de unas plumas como penachos a los costados de las orejas. Por si fuera poco, una variedad no tenía cola, eran las colloncas.Las gallinas europeas son tan antiguas como sus civilizaciones, pero provienen del Asia. Chinos e Hindúes las cultivaron desde tiempos ignotos. El comercio a través de la Ruta de la Seda, tan importante para la humanidad, llevó a Europa, entre otros productos, a las gallinas. Entre los romanos era popular una gallina de talla pequeña y que ponía huevos blancos. Estas y otras aves fueron repartidas en todo el Imperio Romano, junto a especies como las rosas, castaños, vides, olivos y otros elementos de esa civilización.
Otras variedades de gallinas ponían huevos morenos, coloreados de un blanco rosado que llegaba a tan oscuro como el café. Corresponden a los comunes huevos de todas las razas modernas. Pero de esas razas modernas, ninguna ponía huevos azules. Además, antes de la llegada de Colón a América, no había forma de que las gallinas hubieran llegado desde Europa.Pero ya estaban en América y en particular la Araucanía de Chile. ¿Qué pudo haber ocurrido?Parece que la respuesta está en los navegantes oceánicos tempranos y que navegaron el pacífico del sur en tiempos remotos. Como expliqué antes, la gallina es originaria del Asia y desde allí se diseminó, gracias al comercio y migraciones a todo el mundo. Se constituyó en un producto de identidad cultural.
La especie Gallus bankiva, parece ser la base de todas las razas de gallinas existentes en todo el mundo. Aún existe viviendo libremente y en forma salvaje en las islas de Sumatra, Borneo y aledañas. No sería raro, que en su variedad domesticada hubiera acompañado a estos navegantes en sus osadas singladuras de mares desconocidos y tempestuosos.Lo importante es que hay gallinas muy parecidas a la raza sumatra en las islas que jalonan el pacífico en dirección a América, incluyendo a la Isla de Pascua. No sería extraño que estos exploradores hubieran recalado en las costas de Chile, haciendo contacto cultural duradero con los habitantes continentales, aportando costumbres, ajuar cultural e idioma. La palabra toqui tiene idéntica connotación para los mapuches como para los polinésicos, y no es la única palabra que llegó a nosotros. El curanto chilote, que se hace en un hoyo en la tierra, es propio de las culturas del pacífico. El camote o batata dulce, es común tanto en América como la Polinesia. Las afinidades saltan a la vista y la antropología tiene razones fundadas para pensar en que hubo contactos muy tempranos entre estas lejanas tierras.
Cuento corto: Llegadas a la Araucanía, en algún momento, esas gallinas primitivas, aún no definidas como razas encontraron un nuevo ambiente donde desarrollarse. Fue cosa de tiempo para que surgiera el gen del huevo azul, que a la vista de los naturales habrá sido celebrado como un regalo del cielo y que recordaba a Ngechen. No ocurrió lo que pasó en Europa, donde por ahí en 1600 y tantos, en una aldea alemana a una francolina se le ocurrió tamaño sacrilegio de cambiar el color de su huevo al azul. No duró mucho, ya que fue considerada una manifestación del demonio y la gallina y sus dueños habrán sabido lo que fue la inquisición. Esos casos alentaron muchas cazuelas impensadas, consumidas con temor y algo de remordimiento, no fuera que el diablo se les colara por entre medio de los dientes.El color azul es sagrado para el pueblo mapuche y por eso se salvaron las gallinas araucanas de este lado del planeta. Con el tiempo fueron cambiando el fenotipo, algunas desarrollaron las plumas en penacho y fueron llamadas “quetros”, por lo general negros, las colloncas, las sin cola de color blanco. El asunto es que por el año 1910, un veterinario del Ejército de apellido Bustos presentó unas gallinas blancas, sin cola y con penachos en las orejas con el nombre de gallina araucana en la Exposición Agrícola del Centenario. Por allí andaba el experto en avicultura Dr. Castelló quién “descubrió” esta nueva raza y difundió su Standard al atónito mundo avícola. ¡En Chile habían gallinas que ponían huevos azules!Después de eso, el gen comenzó a desparramarse por el mundo. En los barcos salitreros se fueron legiones de plumíferos a Europa. Algunos pasaron aventuras y desventuras, hasta naufragios, y con ello el derecho de colonizar una isla en el archipiélago de Inglaterra. Pero hoy hay gallinas araucanas en USA, Dinamarca, Francia, Holanda, España y especialmente Inglaterra, donde existen clubes de cultores de nuestras gallinas del huevo azul y que son muy cotizadas.Como esto tiene un lado comercial, hay criadores ingleses, que en eso son muy buenos, que están logrando una gallina que pone muchos huevos, no se enclueca con frecuencia como la araucana y es muy resistente al clima frío de Europa. Su venta es grito y plata, tienen vendida la producción del 2008.
Todo gracias al gen del huevo azul que en algún momento se manifestó en esta Araucanía en algún ignoto lugar cuyo nombre no sabremos nunca.Hoy en día, hay fuerte evidencia de la antigüedad de las gallinas en Chile. Hay huesos fósiles descubiertos el año 2003 en las proximidades de Arauco y Lebu. Una datación indica que tienen una posible existencia entre 1320 y 1420 DC. Por aquél entonces, en Europa aún se creía que el mundo era plano y los océanos se precipitaban a los abismos al llegar a los confines de la tierra.
La próxima vez que se coma un huevo de la cáscara azul, recuerde su enorme valor cultural. Es un regalo de nuestros ancestros mapuches que con celo y cuidado nos legaron el resultado de un viaje increíble, cuando otros hombres, unos osados navegantes premunidos de remos y velas y que se guiaban por las estrellas, un día, mucho tiempo atrás, descendieron de sus barcas, bajaron sus ajuares y provisiones, entre ellas sus gallinas y las echaron a corretear por estas tierras.

Gallinas Colloncas

Historia y Características


Sus características plantean interrogantes en relación a la presencia de estas gallinas en la América precolombina e incluso se llegó a postular junto al gallo Bankiva como ancestro de todas las razas.
Varios estudiosos del tema proponen que la Gallina Araucana proviene de la unión de dos razas que el pueblo Mapuche conocía desde tiempos inmemoriables y que mantenían en estado de semi cautiverio. Una era la llamada collonca, cuya característica era el no tener cola (falta del Pigostilo) y poner huevos azules o azul verdoso. La otra era la denominada quetra cuyas características eran comunes salvo que poseían aretes.
Uno de los primeros datos históricos data del año 1880 cuando se descubren los rasgos especiales de estos animales criados por los mapuches, de allí que adopta su nombre. Se cree también que Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo en 1519 atracó sus naves en la Bahía de Santa Lucía y cargó estas aves en sus bodegas.
El profesor Salvador Castello, director de la Real Escuela de Avicultura de España, que viajó a Chile en 1914, se encontró en la FISA con la exhibición de estas exóticas gallinas y creyó que estaba descubriendo una especie distinta, a la que bautizó como Gallus inauris. Las características de la raza eran: ojos rojos, contextura física mediana, y unas pequeñas protuberancias carnosas, cerca del oído a los que denomina pendientes o penachos.
También observa que ponían huevos de color celeste/verdoso/rosado, razón por la cual también son conocidas hoy como "gallina de los huevos de Pascua". A esta característica se suma que el macho como la hembra no tenían cola, a lo que denomina como rumpless.
Luego de unos años se pudo saber que Gallus inauris era el resultado de una hibridación y que existió solamente en la granja perteneciente al Doctor Rubén Bustos, en Valparaíso, Chile. De acuerdo con las indagaciones de Bustos, no habría existido una raza de gallina araucana pura sino varios tipos, entre los cuales predominaban dos. Unas eran las mencionadas colloncas, gallinas sin cola, que ponen huevos celestes y verdosos, y las otras eran los quetros, con aretes y cola, y que no necesariamente ponían huevos azules. Los ejemplares que Castelló vio en la FISA, y que hasta el día de hoy constituyen el modelo del estándar de la gallina araucana en los países del Norte, habrían sido producto de un cruzamiento realizado por el veterinario.
También se sabe que entre los años 1920 y 1930 estos animales fueron llevados a los Estados Unidos y a Europa por su particularidad de poner huevos de color donde hasta el día de hoy son criadas, existiendo asociaciones que reúnen a los criadores de estas aves.
Las primeras importaciones de gallinas araucanas que se hicieron en Estados Unidos provenían de Chile y esos animales cumplían con los rasgos de no tener cola, penachos en los oídos y ponían huevos de color azul-verdoso.
Una pintura publicada en un artículo geográfico en 1927 de un artista desconocido y que fue llevada a Estados Unidos sirvió para perpetuar este mito de la gallina araucana con “penachos” en ambos lados de la cara.


La controversia en torno al origen

El origen de estas aves ha planteado numerosas interrogantes. Como los mapuches no tenían escritura no hay registros precolombinos sobre esta gallina. Sólo se conservan crónicas de alrededor del año 1500, que dan cuenta de la crianza de gallinas por parte de los "indios araucanos", de una raza distinta a la europea.
Antiguamente la principal controversia era si estas gallinas existían antes de que llegaran los españoles al continente. Antes del 2007 había científicos que indicaban que no se tenía ningún indicio en este sentido y que los primeros ejemplares, originarios de Persia o Ceilán, pudieron haber sido introducidos por los piratas europeos al inicio de la Conquista. Sín embargo otros plantearon que podrían haber sido traídas por migraciones polinésicas antes de la llegada de los europeos; y esta última hipótesis toma fuerza cuando a principios de junio del año 2007, antropólogos chilenos y neozelandeses, anunciaron haber encontrado unos 50 huesos de pollo en el sitio arqueológico de El Arenal, al sur del Chile.El análisis genético de uno de ellos demostró que pertenecían a especies polinesias, y que llegaron a la zona al menos 100 años antes que los españoles. Esto abre nuevas teorías respecto al origen de la gallina araucana.